Por segundo año consecutivo, la gran familia de quienes formamos la Escuela 5 hicimos la cena de fin de año. ¡Y lo hicimos como nos gusta!: nos juntamos, compartimos la cena, las mesas... Estaban los alumnos y los ex alumnos, los docentes y los padres de los chicos, familiares, amigos, vecinos.
La noche estaba espléndida y el patio lucía encantador iluminado con los reflectores. Las mesas se armaron bajo las estrellas. De a poco fue arrimándose la gente. La Coope, igual que el año pasado, alquiló juegos para los chicos. Y de nuevo, como en una cábala, Ezequiel ofició de impecable musicalizador.
Los chicos juegan al tejo y de fondo de ve el mural del patio, recién estrenado.
Cerca de las 21.00, bajó el volumen de la música y se escuchó la voz de la conductora estrella de la noche: la vice Ilda anunciaba el primer número artístico. Mili "de tercero" (como dijo para sorpresa de todos, "¡Porque ya pasó de grado!", aclaró) y una compañera suya de la escuela de patinaje artístico deleitaron a los presentes.
"¿Hasta dónde llegará Mili?", nos preguntamos todos cuando la vemos
deslizándose sobre sus patines en las baldosas de la escuela.
Después tocó el cuarteto folclórico "De la costa". Entre zambas y chacareras, la noche se ponía cada vez más linda. A esa altura, ya éramos una pequeña multitud.
Es la primera vez que toca un conjunto en vivo en un evento de estas características.
Tuvimos el grato honor de contar con el bandoneonista Ricardo Varela, vecino del barrio.
Enseguidita entró otra disciplina artística: los chicos y las chicas, alumnos de la Escuela 5 y de otras del barrio, hicieron su primera muestra del Taller de Teatro que coordina la seño Érica (el que funciona los sábados en la escuela). Fue un espectáculo de danza-teatro construido en muy poco tiempo (al día de hoy, el taller solamente lleva dos meses funcionando): sin embargo, lo que se vio fue deslumbrante.
La seño Érica trabajó la idea de los "puentes"
en los distintos cuadros que armó con los chicos.
El cierre de la muestra fue con un gran puente
y todos fuimos invitados a atraversarlo.
Todavía faltaba mucho para el fin. Y seguían apareciendo sorpresas. Si hasta parecía que hubiera un mago con su galera sacando números artísticos en el patio. Primero, hubo un número de danzas árabes.
Los chicos (y no tanto) miraban asombradísimos a la bailarina
que cautivó a todo el mundo con sus velos y tules celestes
mientras retumbaban los tamborines por los parlantes.
Como si fuera un desfile de identidades culturales, le tocó el turno a una pareja de bailarines de tango. Alguno que otro del público se animó a cantar bajito "Naranjo en flor" mientras el dúo recorría el patio con sus pasos.
Los cortes y las quebradas le agregaron a la noche
una cuota de música porteña.
El ballet de la escuela de danzas de la profe Graciela ya nos visitó una vez en la escuela. Este año trajeron dos números preciosos. ¡No dejen de venir, por favor!
En la foto se ve una coreografía hecha sobre
una música de folclore celta.
A la fiesta ya no le quedaba mucho para el fin. Pero había mucha pila todavía... ¡y se armó el baile nomás! A puro cuarteto, salieron todos a la pista.
La rima decía: "¡A mover el esqueleto a ritmo de cuarteto!".
Y se armó el trencito.
El dire Francisco y la vice Ilda no se lo perdieron.
Y ahora sí, como si la alegría y la energía no hubieran alcanzado, hizo su ingreso triunfal la murga "Los pitucos de la Paternal".
En esta murga participan alumnos, ex alumnos y familiares
de chicos de la Escuela 5.
Los bombos retumbaban en la noche de Flores
anunciando que la fiesta empezaba a terminarse.
La alegría murguera se contagió a chicos de la escuela
que no integran la murga pero igual quisieron bailar y maquillarse.
Al final, cerró la fiesta el director Francisco Acuña con unas palabras. Se refirió al doble desafío que significa para nuestra escuela el año 2014: por ser el año en que se implementará el plan piloto del Bachillerato Internacional (IB) y por ser el año del centenario de la Escuela "República de El Salvador".
Con un "¡Viva la Escuela Pública!" terminó esta intensa velada de casi cuatro horas de duración.
Nos despedimos hasta el año próximo y les deseamos muchas felicidades a todos,
muy feliz Navidad y próspero Año Nuevo.
La Coope.